El “gran salto” de la industria armamentista israelí en América Central

Por Gabriel Schivone*

A medio camino de la presidencia de Donald Trump, el papel de décadas de Israel en Centroamérica está escalando nuevos niveles de influencia militar y política.

Israel no ha perdido tiempo en conseguir valiosos contratos de armas en esta parte del mundo, acuerdos que ahora representan casi el 20 % de sus exportaciones de armas.

Esta escalada de actividad no se producía desde la presidencia de Ronald Reagan, en la década de 1980, cuando los gobernantes de extrema derecha en América Central se preparaban para atacar.

La aprobación tácita de los Estados Unidos para la compra de tales armas ha asegurado el apoyo de hondureños y guatemaltecos, en las Naciones Unidas, a la decisión de Donald Trump de trasladar la embajada de los Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén.

Las caravanas de migrantes en otoño e invierno, mientras tanto, han centrado la atención en la difícil situación de los centroamericanos que huyen de tres países devastados por décadas de intervención estadounidense: Guatemala, Honduras y El Salvador.

Los productos israelíes de vigilancia y actuación en la frontera se despliegan a lo largo de la ruta de los migrantes y los refugiados, tema del próximo libro de este autor.

En 2012, Alan Bersin, Comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos, bajo Barack Obama, declaró que “la frontera de Guatemala con Chiapas [México] es ahora nuestra frontera sur”.

Con millones de dólares en ayuda militar de EEUU vertida en las prácticas de control de inmigración de México, “México está haciendo el trabajo sucio, el trabajo muy sucio, para los Estados Unidos”, observó el sacerdote franciscano Tomás González Castillo.

En efecto, con su ayuda de seguridad utilizada en todos los cruces, Israel ha contribuido al “enfoque en capas” estratégico de la Patrulla Fronteriza de EEUU.

Al final del mandato de Obama, la creciente presencia de Israel en América Central estaba en juego. Justo antes de la asunción de Trump en enero de 2017, el historiador Greg Grandin, en The Nation , aconsejó a los observadores de los acontecimientos en el sur: “Si desean saber cómo funcionará la política latinoamericana de Donald Trump y cómo podría comisionar a Israel para dirigir parte de ella, mantengan un ojo en Honduras”.

Desde que se firmó el acuerdo de cooperación de seguridad entre Israel y Honduras por 200 millones de dólares en 2016, que Grandin señala en su informe, ha seguido evolucionando y expandiéndose. En ese momento fue alabado como el “gran salto” del ejército hondureño por el presidente hondureño Juan Orlando Hernández .

En marzo de 2017, la prensa militar de negocios brindó más información sobre el acuerdo para el “gran salto”, según fuentes israelíes de derechos humanos israelíes y fuentes legales familiarizadas con el acuerdo, que incluía una línea de tiempo de 10 años para impulsar la seguridad cibernética hondureña, su poder naval y aéreo. Esta vez la cifra reportada saltó a 300 millones de dólares.

Luego se informó de que con la continuidad de los nuevos componentes, tal como seis aviones no tripulados Skylark de Elbit Systems, el acuerdo parece ser un trabajo con continuidad.

Al autorizar implícitamente los acuerdos de seguridad de Honduras, los EEUU “delegaron” a Israel para galopar en la región e impulsar una serie de refuerzos de poder de la derecha en América Central con los que EEUU podría contar cuando sea necesario.

En diciembre de 2017, la agitación social masiva sacudió a Honduras en medio de una elección claramente fraudulenta en la cual la comisión electoral, controlada por el presidente en ejercicio, permitió demasiadas “irregularidades ”, según la conservadora y usualmente pasiva OEA en su ignorado llamamiento para un nueva elección. Ante el escándalo internacional sobre los resultados de las elecciones, tanto EEUU como Israel felicitaron rápidamente al Gobierno de Hernández por su nuevo período de mandato….

*Este es un extracto del artículo original y ha sido publicado en la Revista El Derecho de Vivir en Paz. Gabriel Schivone es un académico visitante de la Universidad de Arizona
Artículo completo en Rebelión..– PDF Revista N 13 – Ver online

Recuadro Adicional:

¿Para qué y cuánto equipo bélico y de espionaje tiene las FFAA de Honduras?

“Drones, globos aerostáticos, aviones, buques, barcos patrullas, pertrechos militares, radares, fusiles, sistemas de comunicación, son entre otras las armas, equipo bélico y de espionaje que el Estado de Honduras ha comprado desde el 2013 a la fecha, durante los gobiernos de Porfirio Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández, actual mandatario de Honduras. La adquisición de equipo para las Fuerzas Armadas ha desatado diversas opiniones por la nula transparencia en la información sobre la compra y porque no menos de 342 millones 800 mil dólares (unos 8 mil 344 millones de lempiras) se han gastado”.

Israel: país clave en el fortalecimiento de equipo bélico y de espionaje para Honduras

Fue en el año 2016 que el gobierno de Honduras y el gobierno de Israel suscribieron un convenio de cooperación bilateral, con la justificación de la necesidad de “aumentar las capacidades del país en materia de defensa y seguridad”. El convenio fue firmado por el Ministro de Defensa del Estado de Israel, Avigdor Lieberman y el Secretario de Defensa Nacional de Honduras de ese entonces, Samuel Reyes.

Honduras deberá pagar a Israel 209 millones 142 mil 378 dólares. Sin embargo, el CESPAD ha documentado unos 134 millones de dólares más, que surgen de la revisión de medios de comunicaciones nacionales e internacionales.

Por otro lado, una información publicada en el diario digital Criterio.hn, de febrero del 2018, traduce una publicación realizada por el diario The Guardian, de Reino Unido. La nota periodística señala que el gobierno británico vendió a las autoridades de Honduras, sofisticado material de espionaje valorado en al menos 400 mil dólares.

Por Signy Fiallos  – Ver artículo completo en www.cespad.org.hn