Compartimos el último boletín Somos una América, Somos Abya Yala, donde participamos como SOAWatch
Editorial: A lo largo del tiempo la humanidad y el bien común más vital, el agua, hemos encontrado diferentes formas de relacionamiento. Tanto el planeta como el cuerpo que habitamos, están conformados -en gran parte- por esa molécula dadora de vida: H2O.
En algún momento de esta historia recorrida, la humanidad encontró la posibilidad de aprovechar el agua, y ha sido desde entonces un privilegio para momentos de sequía y de escasez. Si bien muchas sociedades han aprendido a sobrevivir prácticamente con un mínimo del líquido vital, otras han sido bendecidas de estar fluyendo entre aguas a modo de culturas anfibias o hídricas.
El aumento acelerado de las poblaciones convirtió a la agricultura y la pesca en oficios fundamentales para sostener los asentamientos, llegando al punto de construir diques para represar las aguas y poder contar con sistemas de riego, de cultivo, de cosecha y de almacenamiento en momentos de menor abundancia natural. En parte, como respuesta a imitar lo que se apreciaba en la misma naturaleza, el ser humano observó que los ríos inundan o forman lagunas de distintas temporalidades en zonas de meandros.
Además de suplir con las necesidades alimenticias, el agua tuvo que soportar una nueva necesidad derivada del crecimiento sostenido de las poblaciones: la energética. De modo que, esta vez, la humanidad se valió del estudio de la topografía y los ciclos hidrológicos para crear represas que mediante la energía hidráulica y la gravedad terrestre, permitirían el abastecimiento en esta materia.
Sin embargo, detrás del objetivo de suplir necesidades insatisfechas, el capitalismo convirtió este escenario en una nueva oportunidad de negocio, pues al tener la posibilidad de transportar energía a grandes distancias a través de la infraestructura y redes eléctricas, no dudó en mercantilizar su distribución.
Desde luego, el impacto generado por el actuar humano no se hizo esperar. Ahora, una de las nuevas formas de destrucción del equilibrio con la vida, consiste en la construcción de gigantes muros para represar la mayor cantidad de agua posible, sin importar el impacto ambiental (dada la afectación en los ciclos naturales de los ecosistemas hídricos), ni social (debido al hecho de que inundar grandes extensiones de tierra, termina por desplazar forzadamente las diversas bioculturas a su paso) que esto produce.
El histórico saqueo y hegemonía de lo que es llamado el “Norte Global” sobre el “Sur Global” no es ajeno a esta problemática, es decir, países y poderes económicos, principalmente de Norteamérica y Europa invaden con sus megaproyectos extractivistas a los países de América Latina.
Esta nueva invasión trae consigo además del lucro con la energía, la mercantilización del agua misma que pasa de volverse un bien común a un producto, cuyo acceso es restringido -y cada vez lo será más- de conformidad con el poder adquisitivo del comprador. Para el caso de las hidroeléctricas, las empresas extranjeras siempre tienen en la mira los ríos abundantes que recorren las tierras de nuestra Abya Yala con el objetivo de represar su cauce para abastecer de energía eléctrica a las industrias en crecimiento.
Si permitimos que una minoría se apropie del agua como negocio e imponga su poder económico para privatizarla, significa que del lado contrario de la balanza muchas otras personas y seres vivos vamos a perder. Por ello, hemos querido dedicar esta edición del boletín para evidenciar patrones de despojo del agua en el Abya Yala, que simplemente cambian de actor ejecutante, y consisten en que la empresa interesada en el mega proyecto, principalmente extranjera del Norte Global o multilatina (transnacional con capital de la misma región), llega al sitio de la mano de gobiernos locales amañados, y de ejércitos legales e ilegales, para apropiarse del líquido vital con el objetivo de generar energía.
En muchos casos, esta energía atraviesa fronteras nacionales, como en la Amazonía, donde el país dominante, Brasil, recibe energía de varios países vecinos a través de grandes represas, cambiando totalmente la dinámica de los bosques inundables que rodean esta región. Pero también ocurre en regiones donde el interés de las empresas aprovecha, por ejemplo, la geografía de sitios encañonados, y terminan construyendo varias pequeñas hidroeléctricas en cadena o escalonadas.
Detrás de las represas, también hay perjuicios ambientales que contradicen el tratar este tipo de proyectos como energías limpias o que no contaminan. Con hechos revelados por la naturaleza, admitidos por las empresas, pero siempre ocultados al momento de realizar estos proyectos, tal como lo denuncian Martha Inés Romero M. y el Servicio Internacional para la Paz,SIPAZ, advirtiendo sobre los daños ambientales que ocasionan las hidroeléctricas, y ocultados por las empresas bajo la complicidad de las autoridades ambientales.
De esta manera, la presente edición ofrece un mapeo que inicia en ese territorio con Lucia Ixchíu y Festivales Solidarios, pasando por Honduras con Pablo Ruiz y el caso del Río Jilamito, y llegando hasta Caquetá (amazonía colombiana) con Luz Mery Panche Chocué, donde se hace un listado de los proyectos, tanto existentes como futuros, que -de la mano con políticas estatales- son establecidos en estos territorios.
Como si fuera poco, también observamos que si hay personas u organizaciones sociales opositoras al desarrollo de este tipo de proyectos, y no son convencidas, ni corrompidas por las empresas, resultan estigmatizadas y perseguidas como criminales que obstruyen el progreso. Una vez pasan al bando “enemigo” del supuesto desarrollo traído por las iniciativas extractivas, de modo que sus protestas deben ser silenciadas de alguna manera… La privación injusta de la libertad, el exilio o la muerte son formas que han sido utilizadas para apagar sus voces.
Esta es la situación que denunciamos desde Wallmapu (territorio Mapuche) a través de la entrevista realizada al Lonko Alberto Curamil, así como la privación de la libertad del defensor ambiental Bernardo Cool por la defensa del río Cahabón en Iximulew (Guatemala).
Por último, desde el interior de Los Andes en la región del gran Tolima y Huila al interior de Colombia, Daniela Celis nos comparte cómo desde el punto de vista del feminismo también las hidroeléctricas terminan afectando a las mujeres en su cuerpo territorio; mientras que desde la región del cañón del bajo río Cauca, Luis Carlos Montenegro nos invita a superar esta trampa del modelo de megaproyectos hidroenergéticos, para caminar hacia una verdadera soberanía energética en el Abya Yala.
Boletín 23 Somos Abya Yala: Hidroeléctricas en el Abya Yala: Problemas, Resistencias y Alternativas
Índice de Contenidos
– Editorial: Hidroeléctricas en el Abya Yala….p.3
– Hidroeléctricas saqueo colonial vigente y conflicto social en Iximulew, por Lucia Ixchíu, Festivales Solidarios, ….p.5
– Guatemala: El crimen de defender el Río Cahabón, por Pablo Ruiz, SOAWatch, ….p.7
– Hidroeléctricas en la amazonia colombiana, cuestión de vida o exterminio, por Luz Mery Panche Chocué,….p.9
– La Mujer en sus Resistencias desde el Cuerpo y Territorio Frente a la Hidroeléctrica del Río Amoyá, por Daniela Olaya Celis, ….p.12
– ¡Oponerse a las represas o hidroeléctricas es defender el agua,
defender la vida!, por Martha Inés Romero M., …. p.14
– Honduras: ¿Dónde queda el Río Jilamito?, por Pablo Ruiz, SOAWatch, ….p.15
– Entrevista al Lonko Alberto Curamil: “Las empresas vienen solamente a llenarse los bolsillos”, por Pablo Ruiz, SOAWatch,…. p.17
– Superar las hidroeléctricas; el camino hacia la soberanía energética en el Abya Yala, por Luis Carlos Montenegro Almeida, integrante de la Colectiva Agraria Abya Yala., …. p.20